La exposición de la luz azul que recibimos de las pantallas es relativamente pequeña en comparación con la cantidad a la que estamos expuestos del sol.
Sin embargo, existe una creciente preocupación por los efectos a largo plazo de la exposición a la luz azul emitida por las pantallas, debido a la proximidad de nuestros ojos a las mismas y, al mismo tiempo, el tiempo que pasamos, a veces continuamente, utilizándolos.
¿Dónde estamos expuestos a la luz azul?
La mayor fuente de luz azul es la luz solar. Además de esto, hay muchas otras fuentes de luz azul:
- Luz fluorescente
- Luz LED
- Televisores
- Pantallas de ordenador
- Smartphones
- Tabletas
Según un estudio, los ojos de los niños absorben más luz azul que los adultos cuando se exponen a las pantallas de dispositivos digitales.
Si bien la tecnología ofrece innumerables beneficios educativos y sociales, también no darle el uso adecuado puede traer consecuencias importantes en la visión, en el sueño y otros aspectos fundamentales para el desarrollo.
¿Cómo se puede reducir la exposición a la luz azul?
Dada la importancia de la visión y el sueño para la salud mental y física de los niños, es fundamental empezar a probar las siguientes alternativas:
Establezca un toque de queda tecnológico:
Establezca un horario nocturno que implique el cese del uso de aparatos electrónicos una hora antes de acostarse. Puede utilizar una alarma para ayudar al niño a recordar que debe apagar las pantallas a una hora determinada.
Puede ser útil planificar otras actividades tranquilizadoras antes de acostarse, como leer, hacer puzzles, colorear, pintar o hacer estiramientos. Los padres también deben dar ejemplo y limitar el uso de las pantallas antes de acostarse.
Crea zonas libres de tecnología:
Guardar los teléfonos y otros dispositivos fuera del dormitorio, y especialmente lejos del colchón, puede ser una transición difícil para algunos niños, pero puede tener un gran impacto en la exposición nocturna a la luz azul.
Reduce la tentación de usar los dispositivos antes de dormir y elimina la posibilidad de ser despertado por mensajes de texto, llamadas y otras alertas.
Utilice lentes con filtros de luz azul:
Las gafas especiales que filtran la luz azul pueden ayudar a combatir los efectos adversos de la exposición a la luz azul antes de acostarse.
Las aplicaciones que filtran la luz azul también son una opción. Desplazan el tono de color de la pantalla de la tableta o el teléfono inteligente hacia longitudes de onda más cálidas del espectro de luz.
Modificar la configuración:
Muchos dispositivos electrónicos incluyen opciones de «modo nocturno» o «modo oscuro» que cambian el fondo de la pantalla a negro, reduciendo la exposición a la luz azul.
Muchos pediatras consideran que el uso prolongado de las pantallas genera niños más pasivos: definitivamente el contacto físico y la interacción con otras personas es fundamental para tener un desarrollo saludable de sus sentidos.
Recuerda que la tecnología nunca podrá reemplazar la interacción de tus hijos contigo, el aprendizaje a través del juego, la lectura, el habla o las actividades al aire libre en familia.
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