¿Alguna vez te ha pasado que tomas un esfero o un dedo y tratas de moverlo hacia un lado sin girar los ojos hasta un punto en el que no puedas verlo o esté a punto de desaparecer de tu visión? A esto se le llama visión periférica, que es la habilidad del ojo humano de captar todo lo que está a su alrededor en un rango determinado.
La visión periférica es un tema bastante importante en lo que refiere tanto al estudio de los ojos como a la cultura general, además de que puede ser una característica para tener en cuenta a la hora de evaluar la salud visual, por ello, a continuación vamos a profundizar un poco más sobre este concepto.
¿Para qué sirve la visión periférica?
El uso de la visión periférica puede verse de dos formas, la evolutiva, en la cual, se considera que nuestros antepasados la desarrollaron con el fin de detectar fácilmente peligros tales como depredadores o atacantes sin desenfocar la mirada en un punto determinado, así como hallar fácilmente animales para cazar o frutas para recolectar.
En la práctica, la visión periférica se aplica en todos los aspectos de la vida, desde un juego de ajedrez, en el que se vislumbran los movimientos del adversarios sin desenfocar la vista de la ficha que uno está moviendo, hasta la conducción a fin de detectar las direcciones en las que se mueven los otros vehículos.
Ambas formas de ver el propósito de la visión periférica van de la mano, pues la primera nos muestra el origen histórico de esta característica humana, y la otra, nos enseña cómo la hemos adaptado a nuestra cotidianidad a través de los tiempos.
¿Qué ejercicios sirven para entrenarla?
Ciertamente, la visión periférica es sumamente importante para nuestra salud visual, pues nos permite detectar tempranamente si se está sufriendo de alguna patología en los ojos, que impida observar con claridad, de igual forma, determina si uno es apto para determinadas actividades, como conducir o practicar deportes de contacto. Además, una buena visión periférica trae beneficios tales como leer y escribir más rápido.
En ese sentido, existen algunos ejercicios para mejorar la visión periférica, uno de los más comunes es la expansión progresiva del campo visual, que consiste en partir de un objeto en el que uno tiene la mirada fija y se busca captar todo lo que está a su alrededor sin desenfocar la mirada, este ejercicio también se puede hacer alejando progresivamente de este punto los dos dedos índices, buscando detectar su movimiento tanto como sea posible.
Igualmente, leer saltándose algunas palabras mejora la visión periférica, pues al leer enfocando la mirada en la segunda o tercera palabra hace que el ojo aprenda a leer bien las palabras que uno se salta, además, uno también puede jugar a encestar una bola de papel en una papelera sin fijarse en el movimiento de esta o trabajar mapas mentales para lograr este propósito.
Como puedes apreciar, la visión periférica es un concepto relevante a la hora de determinar que tan bien es capaz de ver uno, así como la cantidad de detalles que es capaz de captar. ¡Anímate a mejorar la visión periférica y verás cómo cada día serás un mejor observador!
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